Viajar con discapacidad: un derecho y un placer

Las personas con discapacidad tienen el mismo derecho que el resto de la ciudadanía a disfrutar de los beneficios del turismo, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Sin embargo, a menudo se encuentran con barreras y dificultades que limitan su movilidad y su acceso a los servicios turísticos. Es necesario promover un turismo accesible, inclusivo y de calidad, que garantice la igualdad de oportunidades y la no discriminación de las personas con discapacidad.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las personas con discapacidad realizaron 1,2 millones de viajes dentro de España. La mayoría de estos viajes (el 86,5%) fueron por motivos personales, como ocio, recreo o vacaciones, visitas a familiares o amigos, salud o religión. El resto (el 13,5%) fueron por motivos profesionales o de negocios.

Los destinos más visitados por las personas con discapacidad fueron Andalucía (con el 19,6% del total de viajes), Cataluña (con el 14,3%) y Comunidad Valenciana (con el 12,4%).

Los medios de transporte más utilizados fueron el coche propio o alquilado (con el 64,9% de los viajes), el autobús (con el 16,4%) y el avión (con el 9,5%).

El tipo de alojamiento más frecuente fue el alojamiento de no mercado (como vivienda propia, de familiares o amigos, o intercambio), que representó el 66,7% de los viajes, seguido del alojamiento de mercado (como hotel, apartamento, camping o casa rural), que supuso el 33,3%.

Estos datos reflejan que las personas con discapacidad tienen un gran interés por viajar y conocer diferentes lugares, culturas y experiencias. Sin embargo, también evidencian que aún existen obstáculos que dificultan su plena participación en el turismo. Obstáculos como la falta de información adecuada y veraz sobre la accesibilidad de los destinos y los servicios, la escasez de oferta adaptada a las necesidades específicas de cada persona, el elevado coste económico de algunos recursos y ayudas técnicas, o la falta de sensibilización y formación de los profesionales del sector.

Para superar estas barreras, es imprescindible el compromiso y la colaboración de todos los agentes implicados en el ámbito turístico: administraciones públicas, empresas, entidades sociales, medios de comunicación y, por supuesto, las propias personas con discapacidad y sus familias. Solo así se podrá avanzar hacia un turismo para todos, que respete la diversidad, la dignidad y los derechos humanos de las personas con discapacidad.

El turismo accesible no solo es una cuestión de justicia social, sino también una oportunidad de desarrollo económico y social. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo accesible representa un mercado potencial de 1.300 millones de personas en el mundo, con un poder adquisitivo de 1,3 billones de dólares. Además, el turismo accesible genera beneficios para toda la sociedad, ya que mejora la calidad y la seguridad de los servicios, favorece la inclusión y la cohesión social, y contribuye a la sostenibilidad y la competitividad de los destinos.

Por todo ello, viajar con discapacidad es más que un derecho y un placer, es una forma de ejercer la ciudadanía, de romper estereotipos y de enriquecerse personal y culturalmente.

"El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos"
Marcel Proust

Este artículo ha sido escrito basado en los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre las tendencias de viajes de personas con discapacidad

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